EL COMERCIO DEL SEXO
Hoy queremos acordarnos de 1,39 millones de personas, en su mayoría niñas y mujeres, con las que se comercia, se explota sexualmente, se utiliza la violencia, se coacciona, es lo que se llama "trata de personas" o tráfico de seres humanos. Es la nueva esclavitud. Si seguimos así superaremos las cifras de personas vendidas en la antigua esclavitud africana, que duró tres siglos. Parece mentira que a estas alturas, en pleno siglo XXI, se den estas situaciones con total impunidad y con la complicidad en muchos países de mandatarios, policía o el mismísimo ejército.
Se trata de un comercio con unos beneficios elevadísimos, solamente superado por el tráfico de drogas. Además, juegan con la ventaja de que las mujeres no van a denunciar, ni siquiera a hablar de ello, porque viven aterrorizadas. Obligadas a satisfacer a decenas de clientes al día. En ese camino muchas encontrarán la muerte, a través de la violencia o las enfermedades de transmisión sexual, como el SIDA.
Juegan con sus sueños, provienen mayoritariamente de países donde existe una gran pobreza, una situación inestable o viven en campos de refugiados. O simplemente las promesas de trabajo hacen que estas mujeres piensen en un futuro mejor. Y nada más lejos de la realidad. Se ven abocadas a vivir en el mismo infierno.
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