MENORES Y ABORTO
De sobra sabemos que es muy difícil ponerse en la piel de una adolescente que está embarazada, pero todavía es más difícil si esa chica decide abortar y sabe que éso le va a suponer un gran problemón en su familia, que lo más seguro es que se opongan, llevándola a una situación angustiosa.
Pero a partir del 5 de julio de este año, cuando entre en vigor la nueva ley del aborto, las cosas funcionarán de otra manera. Si una menor de 16 ó 17 años se ve en esta situación, puede comentar al médico que la atienda que el comunicar su decisión a sus padres le va a suponer un conflicto grave. El médico decidirá qué hacer, normalmente a través de un informe de un psicólogo o un trabajador social que estará con la adolescente y valorará su situación.
Hasta ahora las menores que decidían abortar debían acudir a la consulta médica con su representante legal, pero ésto también va a cambiar. A partir de este verano bastará con que ese representante legal esté informado, y la menor lo acreditará ante su médico a través de un documento y/o la fotocopia del DNI de su representante legal firmado por este último.
Si estás embarazada y no sabes qué hacer o por dónde empezar, el/la médico te informará de todo, si decides continuar con tu embarazo como si no. Si decides seguir adelante, te informará sobre ayudas públicas para tu situación, si decides interrumpirlo, te informará de todo lo relativo al aborto, que es libre hasta la semana 14 de embarazo.
Parece ser que 2009 es el único año desde que el aborto se hizo legal (1985) en el que el número de abortos ha disminuído. En todos los años anteriores la cifra seguía subiendo. No son datos oficiales, pero es lo que comentan las clínicas privadas, donde se realizan más del 90% de los abortos.
Todavía no sabemos si la venta libre de la píldora del día después ha tenido su efecto, si las campañas informativas llegan más a los/as chavales/as, o si la mala racha económica en la que vivimos actualmente hace que las mujeres opten por métodos totalmente inseguros, pero más baratos. Recordemos que a través de estos métodos ilegales se pone en peligro la salud de la mujer e incluso su vida.
La cuestión es que la cifra va para abajo, y esperemos que en los próximos años siga en la misma dirección, y que ésto se deba a que las medidas adoptadas van mejorando.
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